A MIS HIJOS, ANTONIO Y ALFONSO
(Uno de mis viejos poemas, escrito cuando mis hijos
varones empezaron a crecer)
Si pudiera mirarle las pestañas al tiempo,
le pediría, sin miedo, que me hiciera un favor:
Volver un día al pasado, cuando erais sólo niños,
¡cuando vuestro
universo era tan sólo yo!
Le pediría un momento, para sentir, dichosa,
vuestras dos
cabecitas junto a mi corazón.
Si pudiera pedirle, le pediría un instante,
para, entre mis brazos, cogeros a los dos,
besaros, con el alma en la piel de mis labios,
con toda mi esperanza volando alrededor.
Escuchar, vuestras voces, mirar vuestras sonrisas,
de vuestras ilusiones, ser testigo y creador,
y velar vuestro sueño, embriagada de gozo,
mientras desde mi alma brotara una oración.
Pero si el tiempo sigue por siempre su camino,
sólo puedo deciros que, mientras viva yo,
seréis amor y
orgullo, ilusión y grandeza,
en el altar de
madre que es mi corazón.