SONETO DE AÑORANZA
A mi madre, Alfonsa,
en el decimotercero aniversario de su muerte.
Eres madre en el eco de la ausencia,
esa voz, de infinito amor preñada,
que ahuyentaba los miedos de mi almohada,
con el suave matiz de su cadencia.
Tu evanescente y álgida presencia
aún sostiene mi mano levantada,
el oriente alineado a mi mirada,
y la fe como lógica creencia.
Sólo a veces flaquea mi fortaleza,
y los "porqués" desnudos abandonan
su silencioso y cómplice letargo.
Como lobos voraces, no perdonan.
De mi alma se adueña la tristeza,
y del viento el sabor se vuelve amargo.
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Francisca Quintana Vega. 8-3-2021