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¡Qué quiero decirlo mirando tus ojos! ¡Perdida mi alma en su mar de laurel! ¡En ese mar vivo, que, altivo, o de hinojos, con olas de fuego, derrite mi piel!. ¡Qué quiero decirlo mirando tus ojos! Sintiéndome el libre y loco timonel que arrojó a las aguas lastres y despojos, por seguir bogando, firme, en su bajel. Y así, frente a frente, como océano y cielo cuando las estrellas bajan a beber, y el sol se hace noche, espejo y anhelo. Así, frente a frente, muerte y renacer: “Si llega la muerte a besarme los labios, si aleja mi boca de tu amanecer… ¡No dejes que goce el fin de sus agravios! ¡Amarra mi vida a tu permanecer! ¡Llévamé, por siempre, prendida en tus ojos! ¡Oprime en tus manos mis dedos de miel! ¡Pon, ante el olvido, puertas y cerrojos! ¡Que no cubra el polvo nuestro carrusel! Que yo me haré brisa, por besar tus sienes; me uniré a la esencia de nuestro vergel, seguiré tus pasos, si vas o si vienes… porque, mi alma, a tu alma… siempre será fiel. |
Blog de poesía
Fotografía de 1997..esperando el nacimiento de mi hija Eva María.
martes, 22 de marzo de 2011
¡LLÉVAME EN TUS OJOS! ( lo escribí para mi esposo)
jueves, 17 de marzo de 2011
UNA TARDE EN MI INFANCIA
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Camina el día en pos del tiempo, Muere la tarde en mi palma, Y de puntillas, la noche, Se ha recostado en mi alma. Ya, a la caricia del tiempo, Mi piel se rindió, vasalla. Dormitan mis ilusiones En el blanco de mis páginas. Delgado y gris, el silencio Rodea, despacio, mi espalda, Y mi indolencia se deja Acunar, bajo su capa. Desde detrás de mis párpados, Aferrada a la nostalgia, Alzo la aldabilla fría De la puerta de mi infancia: "A lo largo del pasillo, pilistras, recién regadas; vistiendo blanco ganchillo, maceteros, de altas patas. El olor a hogar me envuelve. Un gran espejo me atrapa y le sonrío. Llevo un lazo, con una cinta escarlata. Mi madre sale a mi encuentro; me sonríe, mientras me abraza. Chirria el carrillo del pozo: mi padre saca agua clara. Remangada su camisa, los pantalones de pana; tiene las manos muy fuertes y muy morena la cara. En el patio, reverberan las paredes encaladas; en las macetas de barro crecen geranios y albahaca. En una silla de enea, duerme mi gatita parda, y un pajarito amarillo revolotea en su jaula". No quisiera abrir los ojos… ¡quiero quedarme sentada En esta tarde de junio, En el patio de mi infancia! |
viernes, 11 de marzo de 2011
ASÍ TE RECUERDO...(a mi madre y a todas las madres buenas del mundo)
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y te recuerdo… Anudado el verano a tu cintura, asomada el alba a tu sonrisa, nunca ausente, como las horas. Y te recuerdo… Forrmando parte de mi todo, de ese mundo resguardado, al abrigo, en el nido de amor de tu regazo. Y te recuerdo… Desaciendo mis miedos y mis dudas, para esconderlos luego –maga blanca- detrás de los encajes de un visillo. y te recuerdo… Rompiendo, con tu canto de ave libre, el tenaz pregonar de los silencios, interrumpiendo su presagio. y te recuerdo… Olvidándote siempre de ti misma, como sólo tú sabías hacerlo. Y te recuerdo. |
lunes, 7 de marzo de 2011
A MI MADRE...a la que estuve muy unida....pero nunca suficiente. EL DÍA 8 TRES AÑOS YA...
Del silencio, profano esencia y sino
y, abstrayéndome dentro de su mundo,
te llamo, en un intento clandestino,
de contemplar tu faz, sólo un segundo.
No fueron más los besos. Mal mi tino:
tachar de innecesarios. Vagabundo,
buscó mi corazón amor. Cretino.
No supe valorarte. Nauseabundo.
Hoy tu cariño añoro, madre mía;
esa tu protección sabia y segura,
que duró hasta el final de tu agonía.
Pisando voy, mamá, sobre amargura,
mi camino sin ti. ¡cuánto daría
por poder abrazarme a tu cintura!.
martes, 1 de marzo de 2011
PARA MI HIJA Y TODAS LAS CHICAS ADOLESCENTES.
Mi niña, ¿por qué no duermes?,
¿por qué riegas la almohada
con lágrimas de colores
que a tus sueños amortajan?
Caminando de puntillas
sobre tu pena temprana,
¡abre el postigo que afecha
la puerta de tu esperanza!
¡Levanta tu mano linda!
¡Sujeta una estrella clara,
¡fuerte, fuerte!, ¡ No te rindas!
¡Sigue su estela azulada¡
¡No mires nunca hacia abajo¡
¡Lleva la sonrisa ancha!
¡Deja que bese la luna
tu melena ensortijada!
Y, cuando muy despacito
el sol invada tu estancia,
¡sal, niña, al jardín florido
de tu amanecer
de plata!
de plata!
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