¡LLÉVAME EN TUS OJOS! ( lo escribí para mi esposo)

¡Qué quiero decirlo mirando tus ojos!

¡Perdida mi alma en su mar de laurel!

¡En ese mar vivo, que, altivo, o de hinojos,

con olas de fuego, derrite mi piel!.

¡Qué quiero decirlo mirando tus ojos!

Sintiéndome el libre y loco timonel

que arrojó a las aguas lastres y despojos,

por seguir bogando, firme, en su bajel.

Y así, frente a frente, como océano y cielo

cuando las estrellas bajan a beber,

y el sol se hace noche, espejo y anhelo.

Así, frente a frente, muerte y renacer:

“Si llega la muerte a besarme los labios,

si aleja mi boca de tu amanecer…

¡No dejes que goce el fin de sus agravios!

¡Amarra mi vida a tu permanecer!

¡Llévamé, por siempre, prendida en tus ojos!

¡Oprime en tus manos mis dedos de miel!

¡Pon, ante el olvido, puertas y cerrojos!

¡Que no cubra el polvo nuestro carrusel!

Que yo me haré brisa, por besar tus sienes;

me uniré a la esencia de nuestro vergel,

seguiré tus pasos, si vas o si vienes…

porque, mi alma, a tu alma…

siempre será fiel.