SONETO A ROSA CÁCERES
La aldaba de mi alma,
jubilosa,
tocaron unos versos, por
ventura,
y mostrando presunta
galanura,
me ofrecieron su esencia
generosa:
Exquisito perfume de una
Rosa,
nacida donde el sol tiene
su albura,
de una gota de mar,
valiente y pura,
que acarició a la arena
esplendorosa.
¡Una mágica flor! –Murcia
la diera-
donadora de sueños e
ilusiones,
que convirtió un invierno
en primavera.
Duerme la Historia viva
en sus blasones,
en sus pétalos
blancos…¡Marinera
es su pluma, en un mar de
corazones!