El pasado día 6 de julio cumplí 55 años. En esta ocasión, en principio, al no poder asistir mis dos hijos mayores, no pensaba celebrarlo.Estaba triste, melancólica, a pesar de que mi niña se había apresurado, muy temprano, a darme un anillo que ella me había comprado con sus ahorros. Pero, precisamente el hecho de que se vaya a ir a a la universidad, es, otra preocupación, para mí, aunque me alegro por ella muchísimo. Como digo, había decidido no celebrarlo, tan sólo le dí gracias a Dios por haberme permitido llegar a esta edad tan hermosa, pero, de pronto, llamaron a la puerta con una tarta que había encargado mi marido, sin decirme nada. También me dio su regalo, una cadenita y una cruz que llevo en el cuello, en la foto. Y he querido subirlo...quiero dar gracias a Dios y a todas aquellas personas que me quieren y aprecian. Aquellas que hacen que el día a día sea hermoso. Y, a aquellas que me han hecho daño y me lo siguen haciendo...sólo decirles que, Dios está arriba, y él es muy justo.
RECUERDOS
Sigo guardando
los secos esqueletos de los años
en el viejo baúl.
Y a veces
cuando me queda grande alguna hora
cierro los ojos
cojo las llaves oxidadas
y busco entre los huesos
algún minuto
a mi medida.
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