Mil veces puse rima a blancos sueños,
al oscuro abanico de mis penas.
Mil perlas - agua y sal – forman cadenas,
rimando sombras, huérfanas de dueños.
Ingrávidos, hoy vuelan mis empeños:
-Altivos- Fe y Amor- regias almenas-
evaden protocolo -a rima ajenas-
evaden protocolo -a rima ajenas-
rehuyendo, en tinta humilde, ver sus ceños.
¡Oh sentimiento extraño!... donde mora
la ironía de un contraste que, clemente,
llama a la muerte “dulce redentora”.
Morir para vivir……ó simplemente,
Inclinarse ante el Alma, gran señora,
y abrazar al amor….sencillamente.